Lionel Messi y Antonella Rocuzzo, una boda sin Macri ni Sampaoli
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Rosario es la ciudad más poblada de la provincia de Santa Fe y la tercera del país, solo detrás de Buenos Aires y Córdoba. Una ciudad importante en todos los planos -clave en el llamado Triángulo Agrario con Pergamino y Venado Tuerto-, disponiendo de un importante puerto en la margen occidental del río Paraná. Rosario es conocida además como la Cuna de la Bandera Argentina, siendo su edificio más conocido el del Monumento a la Bandera.
Lionel y Antonella vivieron en barrio del sur de Las Heras. Antonella es la prima de un amigo de Lionel. Los dos se admiraban desde niños. Su amistad no se perdió en el momento en el que Lionel viajó a España. Estuvieron siempre en contacto. Su amistad creció aún más en la distancia.
Su relación dio un salto con la dramática muerte, en un accidente de tráfico, de un amigo de Antonella. Lionel regresó a Argentina para consolarla. Se dieron cuenta entonces de que el amor les desbordaba. Antonella finalmente se instaló en Barcelona. La intensa carrera deportiva de Lionel no tenía tregua. La boda se aplazaba continuamente. Finalmente fijaron fecha y sitio, el regreso a Rosario, la ciudad de su estrecha amistad de niños y del amor que fue creciendo y que la distancia solo cimentó de forma muy profunda.
Las ausencias, la gran sorpresa
En una boda que paralizó a la Argentina, la sorpresa han sido sin duda las ausencias. Se han producido en todas las direcciones.
En el plano deportivo, Lionel no invitó a ninguno de los entrenadores de su carrera deportiva.
Sorprendentemente, no invitó a ninguno de los técnicos que lo acompañaron a lo largo de su carrera. Ausencia por tanto de las personalidades unidas a la selección de fútbol de Argentina.
No estuvieron por tanto José Nestor Pekerman, Alfio Coco Basile, Diego Armando Maradona, Sergio Checho Batista, Alejandro Sabella, Gerardo Tata Martino, Edgardo Bauza y Jorge Sampaoli.
Lionel tampoco invitó a sus entrenadores en el FC Barcelona como Frank Rijkaard, Pep Guardiola, Luis Enrique o Ernesto Valverde. Tampoco al presidente de la AFA, Chiqui Tapia.
Sorprendio también que las ausencias se ampliaran al presidente Mauricio Macri, al gobernador Miguel Lifschitz, y a la alcaldesa (intendenta) de Rosario, Mónica Fein.
Ha habido polémica y especulaciones sobre cada una de estas ausencias. Pero el criterio de Lionel y Antonella fue muy férreo. Siempre quisieron hacer una ceremonia íntima, sin figuras de la política, el Gobierno, ni dirigentes encumbrados del fútbol que tienen evidentes lazos profesionales pero que no son amigos. Era una fiesta familiar e íntima. Lo lograron plenamente. Ese fue el criterio en el que se extendieron las invitaciones y se produjeron las ausencias,
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