Juventus de Turín frente a Cristiano Ronaldo y Zinedine Zidane

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Massimiliano Allegri con un 4-2-3-1 con muchas variantes tácticas porque puede cerrarse en un 6-3-1. Un plan inicial de fortaleza y desafío abierto también a un 5-3-2;

- Portería: Buffon, en la final soñada.

- Defensa: Barzagli, Bonucci, Chiellini y Alex Sandro.

- Centrocampistas: Un pivote de 2, con Khedira y Pjanic. Que cierran y atacan. Allegri es rápido en los detalles acumulando una línea de defensa  de 5 o 6 jugadores.

- Delanteros: Una línea de 3-1, con Alves, Dybala y Mandzukic. Por delante Gonzalo Higuaín convertido en un gigante de galopadas.

Zinedine Zidane parte de un 4-3-3 que puede transformarse en un 4-4-2. Una primera decisión difícil de descartes en el arranque con la importancia de un banquillo con la mentalidad de segunda unidad, preparado para intervenir y transformar rápidamente los detalles.

- Portería: Keylor Navas en una temporada sensacional.

- Centrales: La pareja de Varane y Sergio Ramos con Carvajal y Marcelo en puñales estratégicos.

- Centrocampistas: Una línea de 3 o 1 + 2 con Casemiro, Modric y Kroos.

- Delanteros: Una línea de 3, o 1 + 2 , o 2. Libertad de creación para Isco, creación de juego de Karim Benzema en la boca del gol y misión rematadora para Cristiano Ronaldo.



Una final equilibrada

El Real Madrid y la Juventus de Turín, campeones de España y de Italia, respectivamente, en el estadio Millennium de Cardiff (Gales) por el título de la Liga de Campeones de la UEFA, una final equilibrada y sin favorito claro, con los de Zinédine Zidane esperando convertirse en los primeros de este formato en reeditar corona y con los de Massimiliano Allegri en busca del triplete y de poner fin a más de dos décadas de espera.

Diez meses después de que la máxima competición continental 2016-2017 diese su inicio, la ciudad galesa acoge a los dos mejores equipos, ambos con un recorrido parecido y que han ido de menos a más hasta plantarse en el encuentro decisivo. Un choque sin un favorito que despunte y en donde no importa lo realizado hasta ahora ni lo que digan la estadística ni los números.



El Real Madrid se plantó en Cardiff, el hogar de Gareth Bale, después de aparcar ciertas dudas en la fase de grupos y de haber eliminado a serios aspirantes como el Bayern de Múnich alemán y el Atlético de Madrid. El conjunto madridista, el más laureado del torneo con once títulos, aspira a reeditar su corona, algo inédito desde que se instauró el formato Champions y a lograr una Duodécima que le dé un doblete que no conseguía desde 1958.

La Juventus de Turín, por su parte, llegó a suelo británico después de otra campaña dominando el fútbol italiano con el sexto Scudetto consecutivo y jugando su segunda final en tres temporadas tras perder la de 2015 ante el FC Barcelona. Ahora, aspira a dejar atrás cualquier sombra de duda en la Copa de Europa batiendo al actual campeón y unirse al selecto club que poseen el triplete.

La final de este año mide a dos estilos un tanto dispares. Zidane, ante el equipo que le situó entre los mejores del mundo y con el que perdió dos finales de Champions (97 y 98), ha logrado que sus hombres lleguen en buen estado físico a este importante partido, en especial el portugués Cristiano Ronaldo, cuya voracidad goleadora ha sido clave en el periplo de los cruces. Ocho goles, con dos hat-tricks, han confirmado que los descansos concedidos por el técnico francés le han permitido estar a su mejor nivel, situación diferente a las finales de 2014 y 2016.

Sin embargo, el campeón italiano ya ha dejado claro que sabe detener las ofensivas de su rival con mucha firmeza. Avalado por su BBC (Bonucci-Barzagli-Chiellini o Buffon-Bonucci-Chiellini según el esquema que elija su técnico), sólo ha recibido tres goles en esta edición del torneo, dos en la fase de grupos y uno, intrascendente, en semifinales ante el Mónaco. Dejó a cero a la MSN azulgrana y ahora aspira a frenar la impecable racha de 64 partidos seguidos marcando de su rival.

Ataque contra defensa y también experiencia contra mal fario porque si por un lado el Real Madrid se ha manejado históricamente muy bien en estas finales, perdiendo únicamente tres y habiendo ganado las últimas cinco que ha disputado, la Vecchia Signora no levanta el título desde 1996 y ha perdido las últimas cuatro, entre ellas la de 1998 frente al equipo blanco, que ha jugado para un total de seis reveses de ocho posibles, el que más en Europa.

Pero esta Juventus de Allegri quiere quitarse todos estos complejos históricos y conseguir la tercera Copa de Europa. El técnico de Livorno ha añadido a la ya conocida solidez defensiva del conjunto turinés, un mayor gusto por el fútbol ofensivo gracias principalmente a sus tres hombres de arriba que junto a un renacido Dani Alves se perfilan como las mayores amenazas para un campeón que no termina de encontrar solidez atrás.

Zidane ante el reto de pedir a sus jugadores que intenten tomar el control del partido desde el pitido inicial, buscando una salida similar a la del año pasado en San Siro donde tuvo una primera media hora de muy buen nivel. La Juve ya sufrió en 2015 el fuerte inicio del FC Barcelona y habrá aprendido la lección. Todo hace indicar que, sin renunciar al balón, su primera misión será la de cortocircuitar el ataque madridista y buscar el contragolpe.

Pero queda por ver cómo se configurarán los dos finalistas para esta final. En el bando merengue, Gareth Bale ya está recuperado para jugar un partido especial por ser donde nació. El de Cardiff lleva un año aciago y sin continuidad por culpa de las lesiones y su ausencia supuso la irrupción en el once de Isco. El galés ha reconocido que no está para 90 minutos y todo hace indicar que dejará su sitio al malagueño, pero ya en el último Clásico, Zidane arriesgó y le salió mal.

La presencia de Isco dota al equipo de mayor control en el centro del campo y del juego y un mayor equilibrio defensivo, lo que supone menor desgaste para Kroos y Modric, a los que les espera un dura batalla en la zona y que tampoco pueden perder de vista cuando juegue entre líneas Paulo Dybala, el jugador a vigilar por la defensa y que no debe entrar demasiado en contacto con el balón. Atrás, volverá Carvajal, sin minutos desde su lesión el 2 de mayo ante el Atlético de Madrid, para formar su poderosa pareja con Marcelo para intentar resquebrajar el orden defensivo rival.

Sin embargo, el brasileño tendrá enfrente también mucho trabajo. Por su lado entrará un renacido Dani Alves, de nuevo en un espléndido estado de forma y aportando tanto goles como asistencias que le han convertido pieza clave en el entramado ofensivo de la Juve. Faltaría por ver cómo se posicionará según elija Allegri el sistema, pero no sería una sorpresa que sea el 4-2-3-1 o el 3-5-2, estuviese más en el centro del campo y jugase Barzagli de lateral.

El entrenador bianconero debe decidir el esquema y cómo posiciona a sus figuras defensivas y también si Khedira, exmadridista y con pocos minutos tras lesionarse en semifinales, o Marchisio acompañan en el centro del campo a Miralem Pjanic, jugador clave a balón parado. Arriba queda todo consagrado al talento de Dybala, el poderío aéreo y físico de un Mandzukic reconvertido casi a extremo y al gol de Gonzalo Higuaín.

El Pipita, que se tuvo que ir del Real Madrid por la competencia con Cristiano Ronaldo y Benzema, está ante una nueva oportunidad de quitarse la sombra que le pesa en los partidos decisivos. En el fútbol italiano, el argentino ha demostrado sus dotes goleadoras y ahora quiere ser clave para destronar al Rey al que un día sirvió con fidelidad.

Ficha técnica

- Dos grandes formaciones:
JUVENTUS FC: Buffon; Barzagli, Bonucci, Chiellini; Alves, Pjanic, Khedira, Sandro; Dybala, Higuaín y Mandzukic.
REAL MADRID: Keylor Navas; Carvajal, Ramos, Varane, Marcelo; Modric, Casemiro, Kroos, Isco; Cristiano y Benzema.

- Árbitro: Felix Brych (ALE).

- Estadio: Millennium de Cardiff.
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